Los cambios en el clima tendrán un profundo impacto tanto en las actividades humanas como en los ecosistemas.


Al igual que el agua, la alimentación es un derecho fundamental de todo ser humano.
En un escenario en el que los sectores más vulnerables del país no cuentan con los medios económicos.
Bajo el concepto de que la AGRICULTURA FAMILIAR SOSTENIBLE garantiza la seguridad alimentaria.
En Bolivia sigue predominando la desigualdad entre el hombre y la mujer más que todo en las aéreas rurales.
AGUA PARA VIVIR
Maximo Yarhui de la comunidad de El Carmen, una zona pobre del Municipio de Tarabuco – Chuquisaca, trabaja como agricultor en su parcela de tierra, donde siembra productos agrícolas en temporadas de lluvias que le sirve para su alimentación.
Sin embargo, los cambios climáticos, están provocando escasez de alimentos en su comunidad. Esta situación obliga a que su familia migre a la ciudad, en busca de mejores oportunidades de sobrevivencia.
“Mi padre me cuenta que antes llovía en su tiempo y producía bien, ahora el clima esta cambiado cada año que pasa, ya no llueve y sin lluvia no se puede sembrar, porque a veces se produce poco en estas tierras, que no alcanza para nuestra alimentación y por estas circunstancias tengo que migrar temporalmente a la ciudad en busca de trabajo y estoy pensando irme a la ciudad con toda mi familia porque ya no se puede vivir de esta manera en mi comunidad” dice Don Máximo.
Sumaj Punchay, con el apoyo de Helpage International, Fundación Biodiversidad y la Embajada de Suecia, ha implementando un proyecto que facilita el acceso al agua de las familias, con el propósito de disminuir su vulnerabilidad y garantizar su seguridad alimentaria.
Con el proyecto se han implementado tanques de almacenamiento de agua que son parte de los sistemas de micro riego destinados a proveer agua a los huertos familiares que también han sido implementados con el proyecto todas estas acciones complementadas con la capacitación a las familias en el uso sostenible y eficiente de los Recursos Naturales (agua, suelo, planta), para una mejor adaptación ante los efectos del cambio climático, logrando que las familias aseguren su alimentación y tenga agua segura, que es un derecho de todos.De la misma manera se ha mejorado sus ingresos con la comercialización de los productos excedentarios en la ciudad de Sucre.
Don Máximo nos cuenta que su familia y toda la comunidad han sido beneficiadas con el proyecto, la alimentación de su familia ha mejorado y cuenta con agua limpia para tomar y regar su huerta que está cerca de su vivienda “con el agua almacenada en mi tanque, tenemos agua para tomar, cocinar, asearnos, lavar nuestra ropa y agua para que tomen mis animales. Ahora produzco durante todo el año para comer y vender al mercado. Mi familia y yo nos sentimos felices, ahora me quedare en mi comunidad junto a mi familia” dice Don Máximo.